HISTORIA DE LA PITAHAYA
La historia viva de la Pitahaya
Hace cientos de años, en los desiertos de América, un cactus floreció una noche bajo la luna. De su flor blanca nació un fruto increíble: rosado, con escamas verdes y un corazón dulce y brillante. Los pueblos mayas lo llamaron pitahaya, “la fruta escamosa”, y lo consideraban un regalo de los dioses por su sabor refrescante y su poder para dar energía en los días más duros.
Con el tiempo, la pitahaya viajó por el mundo y conquistó paladares desde Ecuador hasta Asia. Hoy, la ciencia confirma su magia: es rica en vitamina C, antioxidantes y fibra, que ayudan a cuidar la piel, mejorar la digestión y fortalecer las defensas.
De una flor del desierto nació una fruta que hoy simboliza vida, salud y belleza natural.
